jueves, 10 de septiembre de 2009

Alaskan malamute


El Alaskan Malamute (también llamado Malamute de Alaska)[1] es un perro originario de la zona ártica, y una de las razas más antiguas dentro de los perros de trineo. Se trata de un perro con una apariencia potente, fuerte y con buena musculatura. Es capaz de cargar pesos considerables (hasta 20 kg) durante decenas de kilómetros.
Su presencia, siempre con la cabeza erguida, le dota de cierto aspecto imponente que, sin embargo, no está reñido con un carácter afable y juguetón con sus dueños, aunque da la impresión de ser un perro muy serio a todo aquel que no conoce la raza.
Su altura y peso normales varían de 60-65 cm en la cruz y 35-40 kg para los machos, y de 55-60 cm y 30-35 kg para las hembras. Tiene dos capas de pelo: una externa, espesa y áspera, y una interna de tacto aceitoso y lanudo, y es más largo en la zona del cuello y hombros, sobre el lomo y el rabo. Su color es predominantemente el gris aunque se admiten colores que van desde el blanco hasta el arena-rojiza.
Sus orejas son triangulares, siempre en punta, de tamaño mediano. Los ojos son vivos, en alerta, de tamaño mediano y forma almendrada.
Es un perro corpulento que con el manto de pelo que le caracteriza, puede dar la impresión de ser un "blindado" entre los perros. Al contrario que otras razas, cuando se moja no se reduce drásticamente su tamaño.
Estos perros eran famosos por su belleza y por sus características de fuerza y resistencia, que hacían de ellos óptimos elementos para el tiro. Eran, en general, más grandes y potentes que los demás perros nórdicos, con aspecto similar al lobo y grandes y suaves colas llevadas sobre el dorso.
Su capacidad para soportar pesadas cargas se pone de manifiesto cuando es elegido para realizar expediciones al círculo polar, como las dos que realizó el Almirante Byrd. También fueron utilizados como perro de rescate de heridos en la segunda guerra mundial.
Se trata de un perro con orígenes muy antiguos, que ha sido poco modificado desde su procedencia del lobo. Eso no quiere decir que sea agresivo. Si bien su aspecto y altivez pueden impresionar al observador externo, se trata de un animal juguetón (cuando se le invita a ello), fiel a su amo y con un gran instinto protector con los niños.

El Alaskan Malamute es un perro de exterior, adora los espacios abiertos y es feliz viviendo al aire libre; si se le encierra tras una cerca, es muy probable que trate de buscar la forma de escapar, porque les gusta la libertad y no pierden una posibilidad de salir en busca de una aventura o una carrera.

La timidez no suele ser una buena señal, pero afortunadamente, parece ser un rasgo bastante raro en esta raza y si se presenta puede deberse a causas ajenas a la genética del animal y haber sido producidas por un dueño que no ha sabido darle una correcta socialización, manteniéndole encerrado y carente de estímulos psíquicos, interacción con los de su misma especie y un muy limitado contacto humano.
Por otro lado, dada la forma de vida esquimal y nómada de compartir todo, no es una raza de protección, pero sí puede ser un buen perro de alerta, que avisará a su dueño de que percibe algo extraño, con el sonido tan particular que emite, que es una combinación entre aullido y ladrido.
Como consecuencia de su antigua vida, es un perro con fuerte instinto de manada y de jerarquía, lo cual origina frecuentes agresiones con otros animales. Además, los machos son muy territoriales y competitivos entre sí por lo que no es aconsejable alojarlos juntos. La hembras pueden ser más sencillas de entrenar y se adaptan mejor a la vida en casas. Esta raza gusta de la compañía humana, cuenta con enormes dosis de lealtad, cariño y disposición al trabajo, lo que le hace un buen perro casero. Es cariñoso con los niños, hasta con los desconocidos, y le encanta acompañarlos a todos lados. Debido a su carácter independiente tiene fama de ser terco y difícil para adiestrar entre la gente que no lo conoce. Sin embargo, existen malamutes campeones de obediencia trabajando con ciegos.
Son sensibles, afectuosos y juguetones, pero saben protegerse de manera efectiva. Con un buen adiestramiento y socialización serán perros equilibrados, tanto física como psicológicamente, ya que tienen buen potencial de aprendizaje porque son rápidos en aprender y de reflejos agudos.
Se trata de perros extremadamente vigorosos, con pocos problemas de salud. Pero hay que vigilar mucho su tendencia al sobrepeso, debida a su genética, procedente de generaciones de antepasados sometidos a durísimos trabajos, que debido a las condiciones extremas a las que estaban expuestos se veían obligados a consumir mucho alimento para poder contar con reservas calóricas suficientes que les permitieran continuar con su dura labor. E
Debemos recordar que habra que cepillarles a menudo, sin ser necesario a diario pero si recomendable semanal para que ventile su "abrigo natural". No hay que olvidar que es un perro nórdico, acostumbrado a temperaturas que llegan incluso a los -45 °C.
Aun así, este perro se puede adaptar a temperaturas cálidas gracias a su pelaje, que le confiere un excelente poder aislante, pero necesita ciertos cuidados que le ayuden a soportar ese tipo de climas tales como: protegerles del sol, ejercicio a horas mas frescas en las épocas de altas temperaturas y una alimentación acorde. Algunas personas optan por disminuir la cantidad de pelaje recortando el exceso de pelo para que no sufra con el calor, algo completamente desaconsejable en este tipo de razas nórdicas. La razón es que el perro ya no podrá mantener su temperatura corporal de forma normal y estará más expuesto a quemaduras solares, e incluso podrá llegar a la muerte por golpes de calor.
Es un perro ideal para largas carreras a una velocidad constante y moderada, aunque es necesario tener cuidado de que los ejercicios sean realizados a temperaturas inferiores a 15 grados centígrados.

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